• DE MADRUGADA TE BUSCARE

¡Dios, Dios mío eres tú! ¡De madrugada te buscaré! Salmo 63:1 RV

Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado; Hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he elevado me alma.”  Salmo 143:8

“Guarden todos la velada matinal. ¿Qué expresa esta costumbre?  Quiere decir, comenzar cada día en aislamiento con Dios, leyendo las Escrituras meditando, orando, y estando en silencio ante Dios.  Fíjate, quiero decir, comenzar cada día de esta manera, no, un día sí y otro no, ni solamente cuando te convenga hacerlo.  Hemos encontrado que los días que fueron los más difíciles para comenzar esta práctica, fueron los mismos días que más necesitaba de esa ayuda especial, que proviene de tal práctica. A la luz de la experiencia y observación, se puede decir con convicción, que no hay hábito más potente para conservar una fe real, para mantener y aumentar el nivel de energía espiritual, para prepararse para identificar y actuar ante los peligros y todas las oportunidades que él nos da; cuando comenzamos cada día velando ante Dios.” J.R.Mott

“Los cristianos combatientes de todos los tiempos están de acuerdo que la manera más confiable para asegurar un día de conquista y victoria es madrugar, muy  temprano.  Las primeras horas de la madrugada son el punto inicial para la avanzadilla o vanguardia, para iniciar el día con templanza, obteniéndola al negarse a sí mismo para Dios, dando al alma una ventaja sobre el enemigo; No pudiéndose obtener de otra manera. ” -seleccionada

 “Durante más de cuarenta años, he cuidado el velar matutino de tres maneras:  Empiezo leyendo la Palabra de Dios, acordándome de las palabras “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación,” (1 Pedro 2:2)  Segundo, en obediencia al Salmo 5:3, “Oh SEÑOR, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré”, yo oro.  Tercero, tocante a la somnolencia: Antes yo siempre estaba con somnolencia cuando quería orar.  La causa era porque tenía la costumbre de arrodillarme, cerrando los ojos y bajando la cabeza a mis brazos.  Desde hace años que tomé la costumbre de orar andando.  Andando de aquí para allá, nunca me da somnolencia.  Puedo estar alerto.” Osvaldo Smith

 “Hay algo inexplicable tocante a la fuerza que se vierte en un hombre o una mujer que conserva el velar matutino, no solamente apartando apuradamente unos veinte minutos, sino gozando de quietas horas calmadamente, mientras el día está sin mancha, fresco y quieto.”  Juan Wesley

  “Temprano en la mañana, empiezo a leer y llego a estar consciente que Dios, por medio de Su Palabra y Su Espíritu, me está hablando.  Luego, pronto me encuentro hablándole a Dios.  Cuanta bendición y fuerza nos vienen al comenzar el día así, al encontrar a Dios cara a cara, antes de salir a enfrentar al mundo; por leer y digerir Su Palabra antes de tocar nuestra correspondencia o el diario.” J.D. Drysdale

“En la quietud del alba, quiero estar a solas con mi Amado;La calma de Su presencia trae perfume de arriba; Endulza todas las horas del naciente día ocupado; Su fragancia calma mi inquietud, y ahuyenta mi temor. Encuentro fuerza maravillosa para el deber, mientras miro a su faz.Y entiendo que hay poder, conseguido en ese lugar secreto. -J. Charles Stern

Cristo nos dio un ejemplo cuando “levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro,”estaba con Su Padre esforzándose para el día.  Fue el único tiempo para estar a solas con Su Padre, porque al salir el sol la muchedumbre lo apretaba durante todo el día y sus discípulos querían de Su compañerismo.

 Por: Marianne Farningham

¡Un tiempo de peligro es la mañana!

No hay nada que temer por la noche;

Con calma se cierran los ojos,

Cansados de la luz urgente;

El cuerpo se sana al dormir,

Cesan la labor y trabajo,

El alma está segura en el cuidado de Dios,

El corazón está en paz perfecta.

Pero, ¿Quién puede predecir

Cuán feroces las pruebas serán?

¿Cuáles sendas difíciles habrá?

¿Cuáles penas me compasarán?

Brilla el sol para todo el mundo;

Pero no veo lo que pasará,

Cuáles peligros o penas extrañas

En el futuro me rodearán.

O, háblame en las mañanas,

¡Señor, en cada uno de mis días!

Tú eres mi gran Director

Mientras paso las sendas escondidas;

Si escucho tu voz en la mañana,

Abro el día con canción,

A vencerlo voy,

Tu presencia me fortalece. Amen      

admin

This information box about the author only appears if the author has biographical information. Otherwise there is not author box shown. Follow YOOtheme on Twitter or read the blog.

Si tienes algún comentario o necesitas consejería, escríbenos a través de nuestro correo electrónico

INFO@MINISTERIORESTITUCION.ORG

Translate »