● MEDITAR EN LA PALABRA DE DIOS DE DÍA Y DE NOCHE
Por. A. Lucia M.Cadavid
Sino que en la ley del SEÑOR está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.Salmo 1:3
Las mayores batallas de un cristiano son libradas en la mente con nuestros pensamientos. El enemigo sabe que si logra llenarnos de temores, incertidumbres y ansiedades, nuestra fe menguara y habrá ganado mucho territorio. El Señor Jesucristo, desea que utilicemos la misma capacidad que tenemos de meditar en las dificultades dia y noche, pensando como saldremos del problema, dia y noche, tejiendo sobre el problema, una y otra vez, sin descanso, sin detenernos, alimentando pensamientos negativos, temores, y ese ¡que tal si esto y esto pasa! Todo el día taladrando en el pensamiento ¡y si de pronto ocurre que hare! ¡y si Dios no me responde!, ¡y si las cosas salen de esta y esta manera que haré! En tu mente Todo lo ves en contra, entras en depresión y cada dia te hundes mas y mas. Buscas ayuda en las personas, familiares, lideres religiosos, acudes a escuchar CDs, libros, revistas, la Internet. Aclaro, que todos estos medios los usa el Señor para hablarte, claro que si, siempre y cuando la palabra de Dios sea lo principal de su contenido. Lo que quiero decirte, es que por sobre todos estos medios, busca LA PODEROS Y BENDITA PALABRA DE DIOS y llenate de ella.
Amado(a) Hermano(a) ¡¡Basta!! ¡¡Detente!! En el nombre de Jesucristo, a partir de hoy di: ¡Hasta aquí! Voy a obedecer la Palabra de Dios, voy a llenarme de la palabra de Dios, de sus promesas y voy a Meditar en ellas de dia y de noche, sin detenerme, incluso en mis sueños las voy a proclamar en el nombre de Jesucristo. Esta es la clave, esta es la llave que Jesucristo nos dio para vencer al enemigo, el dijo ESCRITO ESTA y el enemigo le dejo. Parece sencillo pero llevarlo a cabo es una gran lucha a la que tienes que enfrentarte, vendrán voces que te dirán: No hagas caso, no es cierto y querrán dominarte, o torcer la palabra y acomodarla a tus caprichos y tus deseos y no a la voluntad de Dios, incluso pueden venir a tu mente blasfemias contra la Palabra de Dios. Lo digo porque lo experimente antes de aferrarme y apasionarme por las promesas del SEÑOR en su Palabra, tuve una gran batalla en mi mente, y comencé a repetir versos bíblicos hasta que esas voces contrarias desaparecieron y fue llena de paz, y de una certeza inexplicable al declarar la palabra, senti que en el mundo espiritual hay un efecto poderoso y el enemigo huye al meditar y proclamar la poderos palabra de Dios.
Levántate en el nombre de Jesucristo, lee la palabra de Dios en voz alta, lee los Salmos y repite, una y otra vez las promesas que el Señor te ha dado de acuerdo a la situación que estas viviendo. Medita en la Palabra de Dios de dia y de noche, Si haces esto VENCERAS AL ENEMIGO Y HUIRA DE TI. Tu corazon se llenara de paz, de seguridad y confianza, los temores y la ansiedad se desvanecerán como la hojarasca, quedaran sin poder en tu vida. Piensa en Jesucristo, en lo que hizo por ti y por mi en la Cruz del Calvario, tu vida se llenara con su Espíritu Santo y de consuelo con el gozo de su Salvación. Amemos palabra de Dios, busquemos los tesoros en ella contenidos mas que a las riquezas temporales y perecederas de este mundo: Mejor me es la ley de tu boca que millares de oro y plata. Salmo 119:72 Apasionemos fervientemente por ella y que podamos exclamar como el Salmista David: ¡Oh cuanto amo yo tu ley! Todo el dia es ella mi Meditación. ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Mas que la miel a mi boca. Salmo 119-97-103
Meditemos en la Palabra de Dios y que este en nuestra boca de dia y de noche, No le demos lugar al enemigo con nuestros pensamientos, que nuestra respuesta en la tentacion y en la adversidad sea: Venga a mi tu misericordia, oh SEÑOR, Tu Salvación conforme a tu dicho. Y dare por respuesta a mi avergonzador QUE EN TU PALABRA HE CONFIADO. Salmo 119:42 Que nuestra mente y corazón sean morada del Señor y que nuestros pensamientos sea meditar en bendita y maravillosa palabra de dia y de noche…..
Para reforzar este mensaje, comparto estos pensamientos de varios autores cristianos sobre el significado de Meditar enla Palabra de Dios de dia y de noche, tomados del Tesoro de David Salmo 1.
“Sino que en la Ley de Señor, «La ley del SEÑOR» es el pan diario del creyente verdadero. Y, con todo, en el día de David, ¡qué reducida era la cantidad de inspiración, porque apenas había nada más que los cinco primeros libros de Moisés! ¡Cuánto más, pues,deberíamos alabar toda la Palabra escrita que tenemos el privilegio de poseer en nuestras casas! Pero, ¡hay!, qué trato tan pobre damos a este ángel del cielo. No somos como los escudriñadores de Berea en cuanto a las Escrituras. ¡Cuán pocos hay entre nosotros que pueden reclamar la bendición de este texto! Charles Spurgeon.
“…..Es el deleite del corazón, y el placer cierto en la ley, que no mira a lo que la ley promete, ni a lo que amenaza, sino sólo a esto: que «la ley es santa, justa y buena». De ahí que no sólo es amor a la ley, sino que es un deleitarse amoroso en la ley que ni la prosperidad, ni la adversidad, ni el mundo, ni el príncipe del mundo pueden quitar o destruir; porque se abre camino victoriosamente en medio de la pobreza, la mala fama, la cruz, la muerte y el infierno, y en medio de las adversidades es cuando brilla más. Martín Lutero.
“Y en su ley medita de día y de noche. En este versículo tan sencillo hay todo un mundo de santidad y espiritualidad; y si en oración y dependencia de Dios nos sentamos y lo estudiamos, podremos contemplar mucho más de lo que se nos presenta a la vista. Es posible que cuando leamos o miremos veamos poco o nada; el siervo de Elías fue a mirar una vez y no vio nada; por lo que se le dio la orden de ir a mirar siete veces. «¿Qué ves ahora?» le preguntó el profeta . «Veo una nube que asciende, como la palma de la mano», y, antes de poco, toda la superficie de los cielos se hallaba cubierta de nubes. Igualmente es posible que eches una mirada a la ligera sobre un pasaje y no veas nada; Medita sobre él con frecuencia; pronto verás luz, como la luz del sol.” Jose. Carvil.
“El hombre piadoso lee la Palabra de día para que, viendo los demás sus buenas obras, puedan glorificar a su Padre que está en los cielos; lo hará de noche para no ser visto de los hombres; de día, para mostrar que no es uno de los que temen la luz; de noche, para mostrar que es uno de los que pueden brillar en la sombra; de día, porque es la hora de obrar, y así obra mientras es de día; de noche, para que su Señor no venga, como ladrón en la noche, y le encuentre ocioso.” Richard Baker.
ORACIÓN: “Omnipotente Dios y Padre Santo, acudo a Ti como humilde discípulo tuyo, y te ruego que a mi pequeño siervo tuyo, me concedas tiempo y hora de morar en los Fértiles Campos de Las Sagradas Escrituras, que son para mi y serán delicias amadísimas, en tanto que el día de la eternidad amanezca y no anochezca la noche y sombra de muerte….Y en tanto que los cuidados inútiles, los amores temporales, las pasiones nocivas y las otras causas que me desvían del gustoso oficio de leer y meditar en las Escrituras. Conviene tener el animo libre, tranquilo y deseoso de Meditar en cosas Divinas, para que merezca conseguir la bendición de tu dulzura Celestial, y te dignes inculcar e infundir, para que cuanto hable sea a ti gloria y a mi gracia de consolación.” Tomas de Kempis
” Por eso mi único gozo y mi único consuelo consisten en elevar hacia Ti los ojos de mi alma, en dirigir hacia Ti todos los movimientos de mi corazón y conformarlos totalmente a Ti. Mi único deleite es oír hablar de ti, hablar yo mismo de ti, hacerte objeto de mis estudios y meditaciones, leer diariamente cosas referentes a tu felicidad y gloria, repasar en el fondo de mi alma todo lo que he leído, a fin de poder pasar de los ardores, los peligros y las penas de esta vida mortal y caduca, a esa morada de dulzuras, de alivio y de paz que sólo se encuentra en Ti, durmiendo o por lo menos (como tu discípulo amado) inclinando mi cabeza fatigada sobre tu seno. Para disfrutar de esa gran felicidad recorro tus santas Escrituras como un jardín de delicias, y en el recojo como hierbas frescas y saludables tus divinos mandamientos. Mandamientos que yo medito y que constituyen mi alimento espiritual; y que (reunidos en mi memoria) deposito en el fondo de mi corazón, a fin de que habiendo saboreado tu inefable dulzura, me resulten más soportables las amarguras de esta vida….”Agustin de Hipona