● EL CAMINO REAL DE LA CRUZ

  Por: Tomas de Kempis

1.  “Niégate a ti mismo, toma tu cruz y sigue a Jesús Mateo 16:24. Duras parecen a muchos estas palabras, pero, más duro será oir la suprema sentencia:  Apartaos de mi, malditos, al fuego eterno Mateo 25:41  Los que ahora oyen y siguen con alegría la predicación de la cruz no temerán entonces oír la sentencia de eterna condenación.  La señal de la cruz se verá en el cielo cuando el Señor venga a juzgarnos.  Entonces todos los siervos de la cruz que conformaron su vida con del crucificado se acercarán con gran confianza a Cristo juez.

2.  ¿Por qué temes tomar la Cruz que conduce al Reino de Dios?  En la cruz está la salvación, en la cruz está la defensa contra las enemigos, en la cruz hay una infusión de suavidad sobrenatural, en la cruz está la fortaleza del alma, en la cruz está el gozo del espíritu, en la cruz está el compendio de toda virtud y en la cruz está la perfección de la santidad.  Sólo en la cruz hay salvación para el alma y esperanza de vida eterna.  Toma tu cruz; sigue la perfección de Jesús y llegarás a la vida eterna.  Él fue delante, llevando su cruz Juan  19.17, y murió en la cruz por ti, para que tu también lleves la tuya y en ella desees morir.  Porque si mueres con EL, también con EL vivirás; y si eres compañero de la pena, también lo serás de la gloria. Si sufrimos, también reinaremos con EL. 2Timoteo 2:12

3.  Ten presente que todo depende de la cruz y del modo con que  mueras en ella.  No hay otro camino para la vida y para la verdadera paz interior que la senda de la santa cruz y de la disciplina diaria.  Ve donde quieras, busca lo que quisieres y no hallarás camino más seguro abajo que el camino de la santa cruz.  Prepara y ordena todas las cosas según tu deseo y modo de ver y lo  quieras o no, no encontrarás otra cosa que padecimiento, de modo que siempre hallarás la cruz.  Porque o sentirás dolor en el cuerpo o padecerás angustia íntima en el espíritu.

4.  Algunas veces Dios te abandonará, otras te perseguirá el prójimo, y, lo que es peor, muchas veces serás una molesta carga para ti mismo.  De lo anterior no serás aliviado ni consolado con ningún remedio o alegría mas conviene  que sufras hasta que Dios quiera.   Y Dios quiere que aprendas a tolerar la tribulación sin consuelo, que te sometas plenamente a EL, y que a través  de las tribulaciones te hagas más humilde.  Nadie experimenta tanto en su corazón la pasión de Cristo como aquel que sufre cosas semejantes.  La cruz está siempre preparada y te espera en cualquier lugar.  Vayas a donde quieras, no podrás huir de ella porque, te llevas a ti mismo y siempre a ti mismo encontrarás.  Sube, baja; entra, sal; en todas partes hallarás la cruz.  Y es necesario que en todo lugar tengas paciencia si deseas disfrutar de tranquilidad interior y merecer la corona eterna.

5.  Si de buena gana llevas la cruz, ella te llevará a ti y te guiará al puerto deseado donde será el fin de todo padecimiento que aquí nunca termina.  Si la llevas contra tu voluntad, te hechas encima una nueva carga, la haces más pesada y de todos modos, tendrás que cargar con ella. Al rechazar una cruz sin duda encontrarás otra y, tal vez, más pesada.

6.  ¿Crees poder evitar lo que no pudo eludir ningún mortal?  ¿Qué santo hubo sobre la tierra sin cruz y sin tribulación?  Ni Jesucristo, nuestro Señor, mientras vivió, pasó una hora sin el dolor de la pasión.  Porque convenía -se lee-  que Cristo sufriera y resucitase de entre los muertos para entrar en su gloria.  Lucas 24:46.  Y tú, ¿cómo andas buscando otra senda distinta de este camino real que es el sendero de la santa cruz?

7.  Toda la vida de Cristo fue cruz y martirio, ¿ y tú quieres descansar y gozar?   Te equivocas y engañas, si buscas otra cosa que no sea el sufrir  tribulaciones, porque esta vida mortal está enteramente llena de miserias y rodeada de cruces.  Y cuanto más uno se eleve en el espíritu tanto más pesadas cruces encontrará, porque, con amor, más aumenta el tormento del destierro.

8.  Con todo al que está afligido de tal manera, no le falta algún que otro consuelo que lo alivie, porque conoce cuánto aumentan sus frutos al sobrellevar su propia cruz y sabe, además, que al someterse a ella voluntariamente, todo el peso de la tribulación se convierte en esperanza de divino consuelo.  Cuanto más se somete el cuerpo por la aflicción y adversidad, y por el anhelo de asemejarse siempre más a Cristo Crucificado, que no quiere estar sin dolor, y tribulación, porque será tanto más agradable a Dios cuanto mayores, y más graves cosas sufra por EL.  Esto no es virtud humana,  Es la gracia de Cristo que tanto puede y tanto hace en la carne débil que determina que ame y acepte con fervor de espíritu lo que naturalmente aborrece y rehúye.

9.  Es contrario a la naturaleza humana llevar la cruz y amarla, castigar el cuerpo reduciéndolo a esclavitud, huir de los honores, soportar gustosamente los injurias, despreciarse a si mismo y desear ser menospreciado, sufrir las adversidades y las perdidas, y no desear en este mundo ninguna prosperidad.  Si te miras a ti mismo, nada podrás por ti hacer cosa alguna de éstas.  Pero, si confías en el SEÑOR, él te dará fortaleza celestial y el mundo y la carne te estarán sometidos.  Y si andas armado de la fe y estás marcado con la cruz de Cristo, ni siquiera le temerás a tu enemigo, el demonio.

10.  Como siervo bueno y fiel de Cristo, prepárate para llevar con valor la cruz de tu SEÑOR, que se ha hecho crucificar por tu amor.  Prepárate para sufrir muchas adversidades y múltiples incomodidades en esta miserable vida porque así Jesús estará contigo dondequiera tú estés, y en cualquier lugar a donde te refugies, allí lo encontrarás con toda seguridad.  Así conviene que sea, y no hay otro remedio para evitar la tribulación y el dolor que llevarlos con paciencia.  Bebe amorosamente el cáliz del SEÑOR si quieres ser su amigo y tener parte con él.  Confia a Dios las consolaciones para que con ellas haga él lo que más le agrade. Y tú prepárate a sobrellevar las tribulaciones y considera que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada. Romanos 8:18

11.  Cuando hayas llegado al punto en que la tribulación te sea agradable y te parezca sabrosa por amor a Cristo, considérate afortunado, porque has hallado el paraíso sobre la tierra.  Pero si te parece duro el padecer y aún procuras evitarlo, serás  desdichada, porque, adondequiera que vayas, te seguirá la tribulación.

12.  Si te dispones a hacer lo que debes, es decir, a sufrir y morir, pronto serás feliz y encontrarás la paz.  Aunque fueres arrebatado hasta el tercer cielo como san Pablo, no estarías por eso seguro de no sufrir alguna  contrariedad.  Yo -dice Jesus- le mostraré cuánto debe padecer por mi nombre Hech. 9:16.  Debes, por lo tanto, padecer si quieres amar a Jesús y servirle para siempre.

13.  ¡Ojalá fueses digna de padecer algo por el nombre de Jesús!  ¡Cuán grande sería tu gloria!  ¡Qué alegria para todos los santos!  ¡Y qué edificación sería para el prójimo!  Todos recomiendan la paciencia, pero pocos son los que quieren padecer. ¿No deberías tú, con generosidad, sufrir algo por Cristo, sabiendo que hay muchos que soportan mayores trabajos por el mundo?

14.  Ten por cierto que tu vida ha de ser una muerte continua y que cuanto más uno muere a sí mismo, tanto más comienza a vivir para Dios.  Nadie es apto para comprender las cosas celestiales si no acepta padecer adversidades por Cristo.  Nada hay en el mundo más agradable a Dios ni más saludable para ti en este mundo que sufrir voluntariamente por Cristo.  Y si te dieran a escoger, deberías preferir los padecimientos de Cristo que gozar de muchos consuelos, porque así serías más semejante a él y más conforme a todos los santos.  Nuestro mérito y la perfección de nuestro estado no consiste en las muchas dulzuras y consuelos, sino mas bien en soportar grandes penas y tribulaciones.

15.  Si existiera un medio más útil y más provechoso para la salvación de los hombres que el padecimiento, Cristo, ciertamente, lo habría enseñado con su doctrina y con su ejemplo. Pero, al contrario, a los discípulos  y a todos los que quieran seguirle, les exhorta manifiestamente a llevar la Cruz y les dice:  Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su Cruz…, y sigame  Lucas 9:3 . Así que leído y bien considerado todo lo anterior, sea esta la conclusión final: Es necesario que a través de MUCHAS tribulaciones entremos en el Reino de Dios. Hechos 14:22

¿Porque te afliges cuando no se te da lo que querías y deseabas?  ¿Hay quien tenga todas las cosas según lo codiciaba su voluntad?  Nadie:  ni yo, ni tú, ni hombre alguno sobre la tierra.  No hay persona,  sin tribulación o angustia.  ¿Quién poseerá la parte mejor?  SIN DUDA EL QUE PUEDE PADECER ALGO POR DIOS.

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